domingo, 18 de novembro de 2007

BOLETIN 7

0-15

Hoy arranqué las clases de tennis.
Y la verdad que decubrí muchas cosas más de las que pensaba.
No solo que estoy más gordo y fuera de timming que el Turco Asad en Velez del 98.
Para arrancar, paso lo siguiente:
Me dice: sabes saltar la soga? antes de empezar, hacete 100 saltitos.
Por dentro pensaba:
- Danica Dorada, Danica Dorada. Porque no venís y me agarrás la pelada?

Hay ciertas cosas que al parecer forman parte de la convencion internacional de profesores de tennis.
Por ejemplo, no importa lo que sepas, con quien te entrenabas antes, cuantos años hace que jugas, si te llamas de apellido Federer, siempre tenés que cambiar la empuñadura.
En mi caso fue cambiar la empuñadura, el golpe de drive, de reves, como poner los pies, hasta la gran willy ahora hay que hacerla sin que la pelota pase entre las piernas.

Corrí como un descocido toda la hora. Cuando hacés clases de a dos alumnos digamos que deseas que al otro no se le vaya nunca, que siga metiendo asi descanzás un poco. Pero acá nada. Cuando erraba venia otra y la puta que lo pario:
cuántas pelotas tiene en ese canasto de mierda?
Está bien que el professor no corre. Pero hacia un calor tremendo y el chabón está todo el día ahí, cómo aguanta me preguntaba?
El tema es que el loco habia traido agua y le pedi un poco.
Habia una botella grande y una chiquita.
Muy suelto me dice: toma agua de la botella chiquita que en la grande tomo papuza.
Ahhhhhhhhhhhhhh! ahi entendí.

De todas maneras esto no es lo que más me sorprende.
Al parecer, en la última reunión internacional de profesores de tennis, alguien tiró la idea de usar avances tecniológicos para su propio beneficio.
Por tanto generaron un dispositivo que hace que cada vez que hay que juntar las pelotitas, al profesor le suene el celular. Es tremendo. Como si fuera poco tener que pagar, correr como un boludo toda la hora, además el alumno tiene juntar las pelotitas por toda la cancha, solari.


Los quiero amigos,
Juan.

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