quarta-feira, 6 de fevereiro de 2008

Boletín 05/02/08

Hace como dos semanas volví de Amsterdam.
La primer noche ya dió material para boletín, me quede 4 noches más.
El tema es que los códigos dicen que lo que pasa en Amsterdam, queda en Amsterdam.
Pero como yo no tengo codigós, les voy a contar.

Acepte la invitación de mi ex compañera de laburo y desde ahora amiga Naty Forster. Ella y su novio Jasper son grandes anfitriones. Grandes.

Había estado en la ciudad, no me la acordaba taaaaan buena. Las casas lindas, todas inclinadas, la gente en bicicleta, los canales, los museos y para todos ustedes amigos que les gusta el kilombo y el puterio, también hay coffee shops y zona roja.

Me encontré con Naty para tomar un café y compartir historias y vivencias de como es esto de vivir en otro país.
Al ratito ya estaba paseando sacando fotos, estrenando mi nueva cámara.
Cenamos a un restaurante indiano y pasamos por el coffee shop.
Al otro día me pasé buscando en la zona roja. Había una parte del mapa que estaba todo rojito. Dije: Sherlcock, es acá! Caminé, caminé, era la ciudad universitaria.
A la noche fuimos a aeropuerto a buscar a una amiga de Naty. Buena onda. Salvo que se adueño del sillón y a mi me tocó el sopi. El primer día me hice el fakir, dormí derecho viejo al piso. La segunda noche no me daban las manos para robar almohadones, almohadas, camperas y lo que sea alochonadito.

Amsterdam es una ciudad donde hay pocas leyes, pero las que hay las cumplen a rajatablas. Hay prostitución de manera organizada, establecida y como punto túristico. Pero que no se te ocurra sacar una foto.
A mi se me ocurrío filmar. Como soy un tipo despierto y sabía que no se podía, hice una movida digna de la CIA o de la KGB, tapar con el dedo la luz roja de la camará cuando graba.
No solo filme mi dedo todo el tiempo, sino también que las chicas atrás de las vidrieras se dieron cuenta y me cagaron puteando.

Amsterdam, también es una ciudad que te pone a prueba. Tenés acceso a fiestas, alcohol, y drogas livianas, pero te tenés que estar lúcido amigo.
Porque las calles y las veredas estan a la misma altura. Parece una boludez lo que digo, pero las bicis te pisan y ni hablar de que pasa el tranvía, y el tranvía no es asi como razonable que espera que la gente pase, boludée en la vía, no. El tranvía pasa.
A todo esto sumale que hay canales por todos lados y hay partes sin barandas, asi que si te hacés el loco, te caés al río. Así de fácil.

Hasta ahí es la versión para papá y mamá. (Por favor, si sos vos má o pá deja de leer acá.)

La otra incluye risas, muchas risas, incontenibles, viudas blancas, un viaje en tranvía donde alguien dijo: ¨-Boludo, mirá, es una montaña rusa, es igual, igual, mirá chucuchucuchucchu. Wiiiiiiiii.¨ También incluye un papelón al llegar a la casa de alguien y conocer a su novio Jasper.
(Decí que el loco es un holandés buena onda, porque se re bancó a dos Argentinos diciendo taradeces 3 horas.) Incluye otra noche de coffee shop, un recital de un grupo de teens holandeces que me pareció lo más. (será porque las 3 unicas cantantes eran minitas y me sentí groopie)
Incluye además una vuelta caminando desde el centro por no saber pronunciar la calle donde estaba parando, una conversación de amigos la cual presencié como una vieja de balcón y un perro en dos patas vestido de bailarina arabe, bailando como Shakira y lo mejor de todo, el perro tenía la cara de alguien.

Estuve pensando en ponerle un remate a este boletín, pero creo que el perro bailando arabe, va a ser muy difícil de superar.

Los quiero amigos,
Juan.