segunda-feira, 17 de dezembro de 2007

Boletin 17 \ 12 \ 2007

Alguna vez fueron a jugar al paintball?
Alguien de la agencia mandó el mail, muchos se coparon, yo le hice caso a mi amigo personal y con experiencia en esto de vivir en el exterior Gastón Guetmo quien dijo: “loco, sumate en todas. Si te dicen de ir al campeonato mundial de carrera de barriletes a motor, vos andá!”

De todos los que estaban ahí creo que era el único que nunca había jugado.
Uno de los locos es profesional. Cuando llegamos él ya habia estado entrenando toda la mañana. Máscara, codera, rodillera, pijadera, de todo tenía. Su arma espacial dispara 15 bolas por segundo. Decí que ese no jugó, solo hizo de referee.

Nos dividimos en dos equipos, entramos al campo de juego y recién ahi me di cuenta de lo que estabamos haciendo.
Vieron que en toda empresa hay un loco que no habla mucho, que está en su mundo, que cuándo trabaja parece que está pensado en otra cosa, que en realidad está elavorando un plan maquiavélico para entrar un día con una ametralladora y cagar a tiros a todos?
Bueno, en este caso ese tipo se llama Rui Losão, y no tuvimos mejor idea que ponerle un arma en la mano, vestirlo para la guerra y lo peor de todo, dejar que juegue para el otro equipo.

En el primer partido duré vivo 6 segundos y medio. Una cagada.
De nuestro equipo el último que mantuvo viva la esperanza fue Simón, el hijo del Chacho que tiene 10 años y claramente mucho más horas de vuelo en el Call of Duty que nosotros.

El segundo partido fue peor.
Esta vez fui yo el último en ser decorado como torta de cumpleaños.
Qué significa eso? Que tuve que sufrir la perdida de cada uno de mis compañeros, fui testigo de como uno a uno iban siendo alcanzados por municiones enemigas, durante tres o cuatro minutos me sentí el hombre más solo en el mundo, atrincherado, revolcándome en el piso, disparando sin apuntar, sabiendo que estaba rodeado, esperando los refuerzos que nunca iban a llegar y con una sola mision, evitar que una pelota de pintura sintetica no tóxica naranja me pegue en el cuerpo.
Me pegó en el arma, que también cuenta y perdimos la partida.

Ganamos el tercer juego y con eso salvamos el honor. Salimos con la cabeza en alto y moretones por todos lados.
La verdad es que todavía no se si el paintball me gustó o no, pero si estoy seguro de algo es que: si juego otra vez, a Rui Lozão, lo quiero en mi equipo.

Los quiero amigos,
Juan.

1 comentário:

Trucco disse...

Los DDBArgentinos también incursionamos en el arte de jugar a que nos matamos de mentira con la furia de si fuera de verdad.

Digo con la femineidad en alto que NO ME GUSTÓ PARA NADA eso de andar escondiéndome para que "no me maten", que las balas duelen de una manera estúpida en el cuerpo y que para ser un juego, es demaciado parecido a la realidad.

Demaciado nunca se si va con s o con c. Soy una cuentas sensible :), no una redactora hot.

besotes Juanes!