Boletín 25/07/08

Sábado, 10 de la mañana, no sólo ya estaba despierto, sino que estaba haciendo el rol de hombre sensible comprando cosas para bebé. Mi amigo Chure, que vive en España, tuvo una nena y el tio Juan fue a visitar a su sobrina Gala. Agarré el auto de alquiler, sin aire acondicionado y manejé hasta las 5 de la tarde a rayo de sol, a unos 40 grados, hasta llegar a Cáceres.

Estamos en el 2008 y el mapa ya pasó de moda.
Ahora la onda es el GPS. Que es genial, cuándo lo sabes usar. A mitad de camino, al aparatito ese le pareció mejor salir de la autovía e ir por un camino ¨alternativo¨ y la puta que lo pario. La vuelta que tuve que dar para retomar!
Llegué un hora más tarde y con más calor que huevo de ciclista. Pero llegué.

Alli estaban Chure, Ceci y Gala. Los tres con cara de recién despertados de la siesta. Conocí a la beba: Divina, hermosa, compradora, divertida, risueña y lo mejor de todo, casi que no llora. Cuando me la pusieron en brazos me cagué todo. Bah, para ser más precisos nos cagamos los dos. Los primeros minutos fueron eternos, con tal de que no se me cayera semejante resposabilidad de las manos no me movía ni para pestañar.

Chure se fue a laburar al bar, fuimos a cenar con Ceci y la gorda. Oportunamente unos músicos pasaban expresando su arte mesa por mesa y pediendo una colaboracion con la música. Ceci, saco su lado hincha de river. Las puteadas que se llevo el chabon! Claro con tanto violín, se desperto Galita.
De ahi me fui al bar El Cali, donde labura Chure. Entre pensando: ¨soy amigo del barman, está noche puedo invitar tragos y si se arma alguna podrida yo corro con el caballo del comisario.¨ La cagada es que Chure es tan sociable, que todos en el bar eran amigos de él. A la mierda la virtual tarjeta vip que tenía. Pero bue, la pasamos bien. Me tome mi Gin Tonic, tranqui.

La casa de los Ruggiero queda en la zona antigua de Cáceres, muy pintoresca. Un lugar quedado en el tiempo, con contrucciones del 1300, casas viejas y más específicamente al lado de la iglesia, por tanto al otro día las campanadas de misa nos despertaron exáctamente a las 10 de la mañana. Cargamos bolso, bolsito y bolson y nos fuimos a un lago super familiar, con la mayor cantidad de bebes por metro cuadrado que vi en años. En el camino, inflamos la piletita inflable de poporocho o algo asi, que termino llevando Ceci muy comodamente en el asiento de atrás.

Ya en el lago, en un momento Chure y Ceci, se fueron al agua, dejándonos a la beba y a mi a la deriva. Otra vez el sudor frío, la preocupacion y el strees. Todo se resolvió cuando me puse a cantar. Como a pesar de ser hija de un músico, solo tiene dos meses de experiencia musical, hasta creyó que cantaba bien. Fue un gran público, casi que revolea una bombacha, pero todavía no usa.

De vuelta en la casa, cenamos, saludos, besos y empredí la vuelta a Lisboa. Venía medio dormido y sin musica, porque el auto moderno que alquilé tenía sólo para cassette.

Decidí parar en una estación de servicio, clavarme un par de red bull, cachetearme la cara, comprar pilas para el mp3 y salirt con ACDC a todo lo que da.

Gracias al GPS, volví para Lisboa por el camino más corto. Lo malo es que era una ruta de una sola via llena de camiones. Llegue a casa las 3 de la mañana. Por suerte pude dormir hasta las 7:45 que me levante para llenar el tanque del auto y devolverlo.

Los quiero amigos,
Juan.